¿ES SEGURO NUESTRO MUNICIPIO?

El pasado jueves día 28 de marzo el Diari Digital Fet a Sant Feliu publicaba la siguiente noticia: “Trets en contra d’un edifici de General Manso” “Des de Mossos d’Esquadra s´ha obert una investigació, però es descarten víctimes o personas ferides”.

La pregunta que podemos hacernos es si hay mucha delincuencia en nuestro municipio y si la entrada de personas de otras nacionalidades puede que afecte a la sensación de inseguridad en las calles.

LOS DATOS

Según el portal estadístico de criminalidad del Ministerio del Interior los indicadores, período 2016-2023 son los siguientes: (Cuadro ampliado en última hoja).

Tabla 1

El total de infracciones penales ha ido creciendo todos los años a excepción del año 2020 por el encierro en nuestros hogares al que nos vimos sometidos por causas de la Covid-19. A partir de ese año 2020 se separa la “cibercriminalidad” de “11 Resto de criminalidad convencional” observándose un fuerte incremento en el año 2023.

Veamos ahora la nacionalidad de los habitantes censados en nuestro municipio. La tabla recoge datos hasta el año 2022, ya que el INE todavía no ha desglosado por nacionalidades y continentes el año 2023.

Tabla 2

La Tabla 2 hace referencia a la población de nuestro municipio. Vemos que el mayor incremento de población es la extranjera. Pasamos de 4.711 habitantes en el año 2016 a 6.020 habitantes en el año 2022, es decir un incremento de 1.309 habitantes, mientras que habitantes de nacionalidad española ha crecido en 247.

Si resumimos delincuencia con nacionalidad obtenemos la siguiente tabla:

Tabla 3

Por consiguiente será lícito preguntarse si el incremento de la población, sobre todo extranjera, tiene algo que ver en el incremento de las infracciones penales.

Unificando en un solo gráfico habitantes por nacionalidad (española o extranjera) y las infracciones penales obtenemos:

Tabla 4

Mientras que la nacionalidad española incluso decrece los años 2020, 2021 y 2022, respecto al año 2019, la extranjera crece y también lo hace el total de infracciones penales. Si eliminamos del gráfico la población de nacionalidad española:

Tabla 5

Se observa correlación entre crecimiento de población extranjera y el total de infracciones penales.

Utilizando la econometría a través del programa estadístico Gretl y utilizando el método de los Mínimos Cuadrados Ordinarios (MCO), obtenemos la siguiente recta de regresión lineal:

Tabla 6

La muestra utilizada de 7 observaciones no es muy representativa, deberíamos ampliar la muestra (tenemos un R-cuadrado, pequeño =0,227797), pero sí que podemos apreciar que cuando la población española aumenta el total de infracciones penales tenderá a decrecer (coeficiente negativo:-0,119896) mientras que si es la población extranjera la que aumenta el total de infracciones penales tenderá a crecer (coeficiente positivo: 0,136068).

 CONCLUSIÓN

Con todas las reservas, todo indica que existe cierta correlación entre el crecimiento de la población extranjera y la delincuencia. Los Mossos d’Esquadra son quien tienen las estadísticas de la nacionalidad y, otro dato importante, la edad, de las personas a las que han arrestado o han sancionado por los delitos cometidos y través de ellas puedan corroborarse los datos aquí expuestos.

No obstante que las infracciones penales, aparentemente sean cometidas en su mayoría por ciudadanos de nacionalidad extranjera, no debería ser excusa para poner obstáculos a que estas personas no tengan el derecho a vivir en nuestro municipio o en cualquier otro. Es seguro que personas de nacionalidad española también están cometiendo delitos, posiblemente en menor medida que los de nacionalidad extranjera, o eso parece deducirse de los datos, pero no deja de ser que también los cometen.

Por consiguiente el problema no es la nacionalidad de los habitantes de nuestro municipio, sino las medidas que se toman para integrar y cohesionar a todos los ciudadanos. Quizá falten políticas que fomenten esa integración. Políticas que favorezcan el crecimiento y desarrollo del municipio así como un modelo que fomente  la comunicación y la unión entre sus ciudadanos, y para ello los políticos deberían dejar de hacer políticas “hater” y hacer políticas “lover”.